Ya han pasado casi dos décadas desde que Ricardo Bareño Mendoza, un hombre de origen campesino, oriundo de Landázuri, Santander, decidió emprender un arduo camino para alcanzar su sueño de estudiar Administración de Empresas. Tal vez, para muchos colombianos, estudiar es un proceso sencillo debido a las condiciones que brinda la ciudad, pero cuando se vive en una región apartada del país, son muchos los obstáculos que hay que enfrentar. Así inició Ricardo a escribir su historia, con grandes necesidades, pero con la ilusión y empeño para conseguir lo que tanto anhelaba.
En el año 2002, en la vereda San Pedro del Opón, Ricardo finalizó su bachillerato, lo cual le permitió trabajar posteriormente como guardia de seguridad en un bufete de abogados, lugar en el que conoció a una secretaria que estudiaba Administración de Empresas en la UNAD y fue ella quien le presentó la universidad como la alternativa más viable para cumplir sus sueños educativos, lo cual Ricardo tuvo muy en cuenta debido a que en la UNAD iba a tener la opción de manejar sus tiempos a conveniencia teniendo presente que por los turnos rotativos que tenía como vigilante, no podía estudiar de manera presencial ni cumplir horarios en universidades.
Es así como en el año 2012, Ricardo empezó a estudiar Administración de Empresas en la UNAD en la Zona Centro Bogotá Cundinamarca, pensando en ascender dentro en la empresa en la que trabajaba o empezar la búsqueda de un trabajo nuevo; sin embargo, nunca se imaginó que estudiar en la UNAD lo iba a convertir en un empresario, y que con su emprendimiento estaría ayudando al desarrollo de su región.
Con investigación, perseverancia y dedicación le fue tomando ritmo al proceso académico, no solo logrando terminar sus estudios en el año 2018, sino que, adicional a esto, empezó un proyecto empresarial que le cambiaría la vida a él y a su comunidad en el municipio de Landázury.
Al observar las dificultades que los campesinos han tenido para vender sus productos de cacao, Ricardo decidió dar inicio a un emprendimiento que logró y sigue logrando apoyar el desarrollo de su región, dando inicio a “Zurych Chocolate Artesanal”.
Su idea de negocio nació en un espacio académico en el que tuvo que presentar una idea que fuera novedosa y que tuviera un valor agregado diferenciador frente a otros productos existentes en el mercado y, de pensar y pensar, recordó sus raíces, rescató los conocimientos que le habían transmitido sus padres y, luego de un proceso de investigación, decidió presentar la creación de una empresa que procesa el cacao, dando como resultado un chocolate de alta calidad. La nota obtenida por el proyecto fue muy buena, pero no tanto como haber identificado una opción de aportar al desarrollo de su región y, principalmente, a la generación de oportunidades para sus padres y todos los campesinos del sector.
El impacto de la empresa “Zurych Chocolate Artesanal”, va más allá de dinamizar la economía de su región, pues los productos que se elaboran benefician también al consumidor, ya que, son productos que pueden ser consumidos por cualquier persona sin riesgo para su salud. Esto ocurre porque en el proceso del cacao, se mantienen sus propiedades nutricionales y antioxidantes propias de esta fruta, evitando el proceso de refinado y el uso de endulzantes nocivos para el cuerpo humano, lo que hace que sus productos sean de alta calidad.
Adicional a esto, su emprendimiento ha implementado un procedimiento llamado agroecología, en el cual se tiene especial cuidado del medio ambiente, por medio de un proceso que integra elementos ecológicos y sociales, intercambiando conocimientos, realizando un cultivo responsable donde la tierra, la comunidad y la empresa se benefician.
Todo esto llevó a Ricardo a recibir en noviembre de 2020, en la edición XV del Premio Empresario Colombiano 2020, el premio a empresario del año en la categoría Colibrí Esmeralda. En ese mismo año recibió un reconocimiento por parte de la UNAD y el Consejo Profesional de Administración de Empresas, por su compromiso e idoneidad en el ámbito profesional y social siendo un ejemplo motivador del esfuerzo para cumplir sus sueños.
Una de las características diferenciales de los egresados de la UNAD es el enfoque comunitario que inculca la universidad durante el proceso académico, que se traduce en una sensibilidad especial hacia la comunidad, que como responsabilidad sustantiva se conoce como Inclusión, Participación y Cooperación.
El caso del egresado Ricardo Bareño no es la excepción, pues uno de los motivos más fuertes para crear su emprendimiento fue observar las dificultades que los campesinos han tenido para vender sus productos, el bajo precio que los intermediarios pagan por sus cosechas de cacao y pensar en la posibilidad de ayudar al desarrollo de su región lo puso en acción para reinventar las formas de hacer los procesos del cacao.
Lo que más valora Ricardo del proceso formativo, es que su paso por la UNAD formó las bases del autoaprendizaje y la investigación, las cuales le permitieron desarrollar su emprendimiento estableciendo las posibilidades de nuevos productos combinados con el cacao, teniendo en cuenta fortalezas y debilidades, creando una metodología viable que le permitiría avanzar en su proyecto de negocio.
Ricardo Bareño, continúa cosechando éxitos en su emprendimiento, generando empleo, ayudando al campesino de su región y ofreciendo productos de alta calidad. Todo esto gracias a la formación en la UNAD en donde los sueños pueden ser posibles.