La pasión que lo llena todos los días es ayudar a su comunidad, por esto, decide dejar atrás la medicina para trabajar por la proyección social y la generación de mejores condiciones de vida de las poblaciones por medio de la administración pública.
Carlos Iván Díaz Solano es un hombre de 36 años de edad, médico de profesión, especialista en Gestión Pública, maestrante en Gobierno, Políticas Públicas y Territorio, amante del servicio a la comunidad, ejemplo de perseverancia, tenacidad y compromiso.
Carlos reside en el municipio de Monterrey, Casanare. Durante nueve años ejerció como médico de urgencias en el Hospital Regional de la Orinoquía, en donde obtuvo diferentes premios y reconocimientos por su gestión y excelente labor en el cargo, uno de ellos, fue el premio a la Excelencia Médica.
Actualmente se desempeña como alcalde del municipio de Monterrey, labor que le ha sido reconocida a nivel nacional con el Premio de Oro, otorgado a mandatarios con desempeño destacado en la gestión y atención de personas migrantes, extranjeros indocumentados, y, por brindar más cuidado, protección y resguardo al medio ambiente.
“Una vez decido hacer ese salto de la medicina a la administración pública me dí cuenta que la UNA era la mejor opción gracias a la flexibilidad y de esta manera seguir trabajando por el bien de la sociedad”
Carlos es egresado del programa Especialización en Gestión Pública y estudiante de la Maestría en Gobierno, Políticas Públicas y Territorio, de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia - UNAD. Tomó la decisión de formarse en esta institución cuando dejó a un lado su trabajo como médico y se encaminó por la política; deseando hablar el nuevo idioma de la administración pública de manera profesional.
En la búsqueda de una institución para lograrlo, la UNAD fue la mejor opción, pues algo que le llamó la atención en ese momento fue la modalidad virtual y a distancia, lo cual le permite tener horarios flexibles y fortalecer su autonomía y autoaprendizaje. “Uno puede desempeñar sus tareas desde su oficina, desde su casa, o en el vehículo cuando va trasladándose de un lugar a otro; esto, gracias a las herramientas tecnológicas que permiten el estudio”, menciona Carlos.
Además, cuenta que la UNAD ha sido de gran aporte para su formación, no solo académica, sino personal, familiar y social, esto gracias a la importancia de trabajar para que la proyección social y la investigación generen mejores condiciones de vida a las poblaciones, además de la marcada convicción Unadista de ofrecer, a través de todos sus programas académicos y de su cuerpo docente y administrativo, un entorno que motive el pensamiento crítico y la reflexión profunda sobre los problemas estructurales de las regiones que derive en una actitud de servicio y construcción colectiva de soluciones con la comunidad.